jueves, 8 de mayo de 2014

CLACSO - Aníbal Quijano, Cuestiones y Horizontes (Antología Esencial) - Lanzamiento


Estimados/as amigos/as y colegas de la red institucional de CLACSO,

Con gran alegría, anunciamos el lanzamiento de la obra de Aníbal QuijanoCuestiones y Horizontes, una Antología Esencial con 28 textos de referencia de quien es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes intelectuales en la historia del pensamiento social latinoamericano.

Se trata de una de las obras más significativas y relevantes del catálogo editorial de CLACSO, con casi 900 páginas y un excelente estudio preliminar de Danilo Assis Clímaco.

La antología reúne lo más representativo de la producción académica del pensador peruano, desde 1968 hasta algunos de sus textos más recientes, además de una amplia y completa bibliografía del autor.

El libro es el resultado de tres años de trabajo y contribuye a consolidar el esfuerzo que realiza CLACSO para la difusión y promoción del pensamiento crítico latinoamericano y caribeño.

Los/as invitamos a conocer esta importante obra en nuestra Librería Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, donde podrán descargarla gratuitamente o comprar su edición impresa de excelente calidad gráfica:


Agradezco a nuestro querido Aníbal su generosidad y paciencia para ayudarnos a publicar esta gran obra. También a Danilo Assis Clímaco, su cuidadoso antologista, y a Víctor Vich, ex miembro del Comité Directivo de CLACSO, con quien comenzamos a imaginar que este libro era una necesidad urgente y necesaria.

Un cordial saludo,

Pablo Gentili
CLACSO / Secretario Ejecutivo

ANIBAL QUIJANO
Cuestiones y Horizontes
(Antología Esencial)

miércoles, 7 de mayo de 2014

Introducción al área de Género, comunidad y alternativas, del fanzine de Retos, Red Trasnacional Otros Saberes

El Fanzine se encuentra aquí: https://www.facebook.com/FanzineRETOS?fref=ts
Danilo de Assis Clímaco

Lo comunitario viene siendo considerado en las más diferentes tendencias de izquierda como el campo privilegiado de construcción de alternativas al patrón mundial de poder capitalista y colonial/moderno. El s. XX enseñó que las formas de organización de los pueblos que no mantienen una cohesión efectiva entre sus integrantes dan lugar a élites dirigenciales que se distancian progresivamente de quienes originalmente provenían. 
Reina y jefa militar angolana Nzinga, sentada sobre
uno de sus guerreros, dialoga con portugues
Sin embargo, salvo importantes grupos de mujeres, han sido muy pocas las reflexiones y las acciones que han tomado en cuenta la diferencia de género en la constitución de lo comunitario. Hace décadas que debió empezar un debate masivo al respecto, incluyendo todos los sectores de la izquierda, sus hombres y mujeres. Que lo sigamos postergando podrá costar una nueva derrota de las luchas populares, puesto que el género toca en lo más íntimo nuestras relaciones intersubjetivas y materiales: la identificación personal, la familiar y la comunitaria están profundamente relacionadas con el modo en el que percibimos e incorporamos lo femenino y lo masculino. Nuestras maneras de sentir (amar, temer, sufrir…), de movernos, de (inter)actuar, de pensar, quedan profundamente asociadas a cómo se vive, se experimenta o se comprende el género. Por ello, un tejido comunitario cohesionado depende, en gran medida, de relaciones de género dónde lo masculino y lo femenino no estén opuestos, sino interrelacionados, permitiendo una enriquecida vida emocional, corporal, intelectual y colaborativa.
            Así, no sorprende que, en los últimos 500 años, los grupos dominantes hayan desplegado mundialmente una serie de estrategias que presionan los pueblos a asumir formas de relaciones de género que deterioraron los lazos comunitarios. Hay un gran número de ejemplos históricos mostrándonos que antes de 1500, en la mayoría de las sociedades, sean de África, América o Europa las mujeres tenían importante poder a nivel económico, político, espiritual y social. Había superioridad masculina, pero en la mayoría de los casos, las mujeres eran propietarias de tierras, sacerdotisas, productoras y mercaderas de bienes; en muchos otros eran autoridades comunales o guerreras y por veces jefas militares máximas. Así, aun sin haber igualdad entre hombres y mujeres, ellas no estaban imposibilitadas para tomar decisiones sobre si y sobre sus pueblos como lo estuvieron después de la expansión colonial capitalista. 
Iniciado el proceso de violencia expropiadora y explotadora que daría lugar al capitalismo: colonización en América, tráfico de seres humanos en África y cercamiento de tierras en Europa, los grupos dominantes no se demoraron en desarrollar estrategias de división comunitaria mediante la manipulación del género. Sobre todo se propició un aumento en la jerarquía entre hombres y mujeres de los pueblos dominados, para promover el colaboracionismo de los hombres. Por ejemplo, los pequeños grupos de hombres africanos que colaboraron con la trata de esclavos aumentaron su poder sobre las mujeres haciéndose polígamos y explotándolas como agricultoras. En Europa, las mujeres que venían perdiendo sus tierras no pudieron acceder siquiera a los (bajos) salarios que consiguieron los hombres. La dependencia material hacia sus parientes hombres se incrementó enormemente y los estados aprovecharon la pobreza de las mujeres para crear prostíbulos públicos y satisfacer a los jóvenes, distrayéndolos de luchar contra el capital. Pero la forma más perversa para someter el mundo femenino fue la caza de brujas, que asesinó 200 mil mujeres y provocó un verdadero terrorismo ideológico haciendo que las mujeres dejaran de participar del ámbito público y se vieran obligadas a aceptar un férreo control sobre su vida personal y pública. A su vez, en América, las mujeres indígenas que ocupaban cargos políticos en sus pueblos y heredaban tierras de sus padres o maridos, perdieron por ley estos derechos, fueron perseguidas por sus prácticas religiosas y tuvieron mayores dificultades para seguir sus actividades comerciales por el control militar ibérico.
            A su vez, los hombres de todos continentes fueron supermasculinizados, presionados a rechazar afectos humanos considerados femeninos y adoptando una mayor violencia en su forma de relacionarse con mujeres y otros hombres. Las formas individuales de ser que no se restringían a una distinción rígida entre lo masculino y lo femenino, las afectividades y prácticas sexuales fuera de la monogamia y la heterosexualidad fueron perseguidas con saña. Con todo ello, el capitalismo colonial/moderno dio lugar a un empobrecimiento emocional a nivel comunitario y personal que contribuyó decisivamente a la derrota de las luchas que se le resistían.  
Este conjunto de acciones ha venido expandiéndose y sofisticándose a lo largo de los siglos. Así, las feministas negras en Estados Unidos mostraron como, durante todo el s. XX, el gobierno ha desplegado numerosas estrategias -incluidas investigaciones históricas distorsionadas y el direccionamiento de películas, programas de televisión y noticieros- para masculinizar a los hombres negros, debilitando las comunidades negras y, así, manteniendo a las y los afrodescendientes en los empleos más explotados. Igualmente, el proceso de evangelización e inducción al alcoholismo de pueblos indígenas en toda América ha sido una forma de virilizar a los hombres, aumentar su violencia contra las mujeres e impedir la cohesión contra la expansión capitalista. La violencia extrema que hoy viven todos los países latinoamericanos, especialmente México, Honduras y Colombia, no podría ser comprendida si no percibimos la masculinización que lleva a tantos jóvenes a arriesgar su vida por un éxito fugaz en el tráfico de drogas.
            Pero si los hombres no nos dimos cuenta del empobrecimiento emocional que el cambio de los patrones de género impulsado por el capitalismo nos ha causado, las mujeres lo hicieron. Su resistencia fue constante en los últimos 500 años, siendo que en las últimas décadas han alcanzado victorias cuya importancia no es difícil reconocer.
            Pero el momento actual de usurpación de tierras en América ha reimpulsado la política de masculinización: la gran mayoría de los trabajos ofrecidos por las empresas extractivistas son para los hombres de las comunidades afectadas, quienes, más lejos de las necesidades de cuidado de sus familias, son más susceptibles de ser seducidos por las promesas individualistas y a corto plazo del capital. Las mujeres, en cambio, constituyen la gran mayoría de las personas que resisten a la nueva ofensiva sobre sus territorios y en muchos casos se hacen con el liderazgo de los procesos.
            La lucha por la persistencia de la vida en la tierra es incierta, pero el fracaso será seguro si no reflexionamos sobre el género. Este espacio del fanzine busca contribuir a ello, privilegiando las palabras de activistas e intelectuales de nuestro continente, en su mayoría indígenas, entre ellas Lucila Choque, Aura Cumes, Julieta Paredes o Rita Segato. Pero también haremos eco de las luchas y teorías de afroestadunidenses como Angela Davis y bell hooks o europeas como Silvia Federici y Arlette Gautier. Todas estas activistas y autoras, junto a otras que no pude citar, fueron quienes levantaron el conjunto de informaciones y reflexiones sobre los cuales esta nota ha sido escrita.

martes, 6 de mayo de 2014

Nicole-Claude Mathieu ou a esperança de uma transmissão em linha feminina e plurilocal

por Jules Falquet
(versão original em francês: http://www2.univ-paris8.fr/RING/spip.php?article3346)                          

A mulher que morre se transforma em onça
A mulher que morre com a tempestade retorna
Com a tempestade e com o fulgor do seu pensamento(1)


Nicole-Claude Mathieu nos deixou no dia nove de março de 2014. Uma teórica fundamental desaparece e, com ela, uma militante decidida e uma pedagoga generosa. Mas Nicole-Claude Mathieu não morreu: sua égua negra cavalga ainda entre nós. Sua égua negra? Mais exatamente, ela nos deixa toda uma manada selvagem que transporta nosso pensamento, com a sua audácia, que exercitou por quarenta anos. Estas orgulhosas criaturas são, antes de tudo, produto de um movimento, de lutas e reflexões trazidas pelas mulheres mais variadas do mundo inteiro, não-ocidental e ocidental, como ela insistia em escrever. Neste élan coletivo múltiplo, Mathieu colocou em preto sobre branco, texto após texto, fortes propostas.

Notas por uma definição sociológica das categorias de sexo (Notes pour une définition sociologique des catégories de sexe, 1971): antes das análises em termos de “sistema de sexo-gênero” de Gayle Rubin ou Ann Oakley, dentro da perspectiva bem diferente das "rapports sociaux de sexe" (2), Mathieu sustenta que mulheres e homens são criadxs e constituidxs socialmente, não a partir de alguma diferença biológica, mas a partir de uma relação social global de poder. Esta relação social produz as “classes de sexo”, definidas dialeticamente em uma dinâmica que a história dos movimentos sociais faz evoluir. Com Christine Delphy (1970) e depois Colette Guillaumin (1972), Mathieu inaugura a análise decididamente anti-naturalista que distinguirá o feminismo materialista francófono. Inicia-se então uma possível saída das estreitas margens do que Monique Wittig denominará mais tarde como pensamento straight (a crença cega e ideológica em uma suposta “diferença sexual”). A partir de 1971, Mathieu nos convida a entrar em um terreno decididamente sociológico e político –e, assim, coletivo.

Críticas epistemológicas da problemática dos sexos no discurso etno-antropológico, (Critiques épistémologiques de la problématique des sexes dans le discours ethno-anthropologique, estado da literatura para a UNESCO, 1985) é um rigoroso desvelamento das omissões e distorções sucessivas (delimitação da questão, revisão de dados, interpretação, teorização em geral) que produz o viés androcêntrico na etno-antropologia. Evidenciando alguns laços até então não teorizados entre sexismo e racismo, Mathieu sublinha o quanto a cegueira de alguns/algumas a propósito de sociedades ditas «outras» se pode compreender como uma negação correlativa de determinados fenômenos na sua própria sociedade. Além do mais, Mathieu sempre praticou conjuntamente antropologia e sociologia, impugnando radicalmente a separação colonial (não-ocidental/ocidental): as relações sociais de sexo atravessam as classes e as culturas sob modalidades muito variadas. Ela afirma também, desde aquela época, a importância de não desqualificar radicalmente os trabalhos dos cientistas “majoritários” (3), mas de avaliá-los e utilizá-los como um ponto de vista situado, marcado por uma posição específica nas relações de poder.

Quando ceder não é consentir. Das determinações materiais e psíquicas da consciência dominada das mulheres (...) (Quand céder n’est pas consentir. Des déterminants matériels et psychiques de la conscience dominée des femmes […], 1985): neste texto fundamental, Mathieu decepa a ideia de que as mulheres, como a planície, consentiriam ser oprimidas (dominadas) pela montanha. Complementando alguns pontos cegos da teoria marxista, ela analisa as dificuldades materiais da tomada de consciência individual e coletiva das minorias. A violência que está sendo feita às mulheres está longe de ser somente simbólica como, bem mais tarde, Bourdieu acreditou ter descoberto. Pelo contrário, a violência é sobretudo concreta, frequentemente cotidiana -ela aparece tanto na subalimentação como nos golpes, no despojo dos recursos ou na repartição truncada das informações concernentes à cultura “comum”.

Em Identidade sexual, sexuada, de sexo? Três modos de relacionar o sexo com o gênero (Identité sexuelle, sexuée, de sexe ?, 1989), Mathieu evidencia três modos de conceptualização das relações entre sexo e gênero em diferentes culturas e grupos sociais não-ocidentais e ocidentais:
- Modo I: Identidade “sexual”, baseada em uma consciência individualista do sexo. Correspondência homológica entre sexo e gênero: o gênero traduz o sexo;
- Modo II: identidade “sexuada”, baseada em uma consciência de grupo. Correspondência analógica entre sexo e gênero: o gênero simboliza o sexo (e inversamente)
- Modo III: identidade “de sexo”, baseada em uma consciência de classe. Correspondência sociológica entre sexo e gênero: o gênero constrói o sexo

Em Deriva de gênero/estabilidade dos sexos (Dérive du genre/stabilité des sexes, 1994), Mathieu se interessa especificamente pelas transgressões do gênero no mundo ocidental (ou em “culturas” aderentes ao Modo I analisado anteriormente, o mais naturalista). Através do exemplo de Madonna e de uma leitura dos trabalhos de Butler de 1990 e 1993, Mathieu expõe “uma pesquisa (Fowley 1994) realizada em Inglaterra com jovens moças brancas, de entre 14 e 16 anos, auto-definidas como heterossexuais e de classe operária (...). Seu discurso é de uma lucidez que xs universitárixs poderiam invejar, em relação à assimetria das relações entre os sexos e à impossibilidade concreta para essas jovens de tomar Madonna como “modelo” para sua vida cotidiana (p. 60). Mathieu reafirma aqui que o corpo conta, que a anatomia é política e que os corpos marcados como femininos são sistematicamente situados embaixo da escala de gênero.

Com Uma casa sem filha é uma casa morta (Une maison sans fille est une maison morte (co-editado con Martine Gestin, 2007), Mathieu oferece a primeira obra de etnologia comparada em francês que tem como variável de base a uxorilocalidade (4), em quatorze sociedades de filiação seja matrilineal, seja indiferenciada. Longe de serem matriarcados -uma noção extremamente vaga que oscila, como Mathieu mostra, entre o fantasma masculino do “revanchismo” feminino e o argumento exotizante de algumas agências de turismo- essas sociedades são menos desiguais, no plano dos sexos, que muitas das culturas ocidentais que as olham com condescendência. A obra permite um melhor discernimento dos mecanismos pelos quais uma classe de sexo (aqui, as mulheres) pode obter maior poder ao organizar (de outra forma) a aliança, a filiação e a residência, assim como o sistema simbólico e material de transmissão, no quadro mais favorável de matrilinealidade e da uxorilocalidade. Assim, entre os Kavalan (Taiwan) havia até os anos quarenta a absoluta convicção de que era a deusa que colocava a semente das crianças no ventre das mulheres e que logo a regava. Em seus mitos de origem, sobretudo, a morte do pai não era, como afirmava Maurice Godelier em 1996, o pilar da exogamia que funda o laço social, mas “a negação da transmissão de poder e de objetos materiais ou riqueza entre um pai e seus filhos” (p. 394). Assim, “o grupo de homens é privado de se apropriar e de acumular riquezas. Desta forma, os homens não constituem nem uma unidade de produção, nem uma unidade de consumo (...) no interior deste grupo, cada indivíduo deve merecer seu status” (p. 395). Homens que devem merecer individualmente seu status? Com isso, o bastião último do pensamento é pulverizado...

É impossível sublinhar aqui a profundidade de cada uma das contribuições de Mathieu, cujo rigor, implacável construção e amplitude de perspectiva não podem deixar indiferente. Felizmente, A anatomia política.... acaba de ser republicada na editorial iXe e Mathieu trabalhou duramente para terminar, antes de partir, uma segunda antologia de seus principais textos, a qual aparecerá muito proximamente na editorial La Dispute. E, após esse último trabalho, ela soltou as amarras. A nós, restam-nos as éguas indomadas, que nos levam a outros mundos possíveis.

Notas
(1)   Velha máxima feminista
(2)   A tradução usual de “rapports” para o português é “relações” (de classe, “raça”, sexo etc.), mas optamos aqui por deixar o termo em francês por compreender que ela não seria suficiente para explicar o pensamento da autora. Em francês, “rapports” trata das ligações estruturais da sociedade, em nível macro, enquanto a expressão “relations”, que também é traduzida como “relações” diz respeito às relações cotidianas, em nível micro (N. da R.).
(3)   O conceito de majoritarixs e minoritarixs se encontra em Guillaumin para se referir aos grupos socialmente poderosos ou não. Por exemplo: os homens são majoritários no que diz respeito às mulheres.
(4)   Uxorilocal: relativo ao casal cujo esposo, após a união matrimonial, vem habitar no âmbito sociocultural da esposa.

Tradução: Danilo Assis Clímaco, revisão: Jules Falquet


Publicar em português este texto de Jules Falquet é uma forma de homenagear Mathieu. Aprecio muito o que aprendi dos relativamente poucos textos dela que li, mas mais do que isso, percebo que há em seu pensamento uma força que somente poderá ser mais compreensível dentro de um debate coletivo latino-americano sobre o feminismo materialista francês, o qual já começou há alguns anos, cabendo aqui divulgar algumas de suas mais importantes publicações:

El patriarcado al desnudo. Tres feministas materialistas. Colette Guillaumin, Nicole Claude Mathieu et Paola Tabet. Buenos Aires, Brecha Lésbica, 2006 (editado e prologado por Ochy Curiel e Jules Falquet):

Jules Falquet, cujo trabalho político e teórico é feito em grande parte na América Latina (Brasil incluído) tem um blog com numerosos textos em nossas línguas: http://julesfalquet.wordpress.com/selection-darticles-dautres-auteurs/, incluído um sobre Mathieu: “Hacia una anatomía de las clases de sexo: Nicole-Claude Mathieu o la conciencia de l@s oprimid@s”:  http://julesfalquet.files.wordpress.com/2010/05/trad-esp-mon-art-ncm-10-000.doc, cuja versão em português será publicada proximamente na  revista brasileira Lutas Sociais.


E finalmente, a introdução do também denominado Tres feministas materialistas, editado no Chile em dois volumes por Marie-Claire Caloz-Tschopp  e Teresa Veloso Bermedo, que consta principalmente de textos de Mathieu, Tabet e Guillaumin, mas também com de autoras latinoamericanas: http://es.scribd.com/doc/122431060/VOL-I-Tres-Feministas-Materialistas-Indice

lunes, 5 de mayo de 2014

La bananización del racismo

por Ana Maria Gonçalves
(el artículo original, publicado el 29 de abril en portugués, se encuentra aquí: http://blogueirasnegras.org/2014/04/29/a-babanizacao-do-racismo/)

No me gusta mucho escribir textos al calor del momento, pero ahora va así, con emoción, porque el caso pasó de los límites. Principalmente porque sería mejor aclarar varios puntos de esa historia, que no es tan sencilla como parece.
Camisa vendida a 30 dólares
De momento, sabemos que la idea partió del padre de Neymar, quién también gerencia sus negocios: “el padre de Neymar nos llamó y pidió que creáramos algo. Surgió esa idea de que la mejor manera de acabar con el prejuicio es usándolo”, dijo Guga Ketzer, socio y vicepresidente de creación de la agencia Loducca, responsable por esta campaña que envuelve Neymar, a quién auxilia en términos de imagen. Campaña que, además, Ketzer intenta revestir con otro nombre, más digerible, denominándola “movimiento”.

Quizás, incluso, basándose en una idea del movimiento negro. Según él, la campaña creada por la agencia, junto con el staff de Neymar, no tiene matiz publicitario, pues no vende nada. Bueno, pero es exactamente ese el principio de las agencias de publicidad que conocí bien por trabajar en el área por más de 13 años: vender algo mientras se hace pasarlo como un favor. Es claro que están vendiendo la imagen de su cliente como el niño-publicidad antirracismo en el Mundial, puesto que este viene siendo ampliamente divulgada bajo el mote “Mundial Contra el Racismo y Por la Paz”. Yo, seguramente, aplaudiría la actitud de Neymar y de su padre si, en lugar de buscar una agencia de publicad (habrán pagado por la campaña, recibieron, o fue mediante el intercambio de visibilidad?) hubiesen buscado instituciones o personas que entienden de lucha anti-racista. O si usaran su prestigio para poner la agencia a servicio de esas instituciones. Porque lo que se vio fue una case de gran alcance, con un resultado extremadamente dañino para quién lleva la lucha en serio y no solo en la época en que esta tiene visibilidad.

El activista Douglas Belchior lo explica: “El racismo es algo muy serio. Vivimos en Brasil una escalada asombrosa de violencia racista. Ese tipo de postura y reacción despolitizadas y alienantes de deportistas, artistas, formadores de opinión y gobernantes tiene un objetivo claro: escamotear el real significado del racismo que genera desde bananas en campo de fútbol hasta el genocidio negro que sigue en todo el mundo”.

Así es. Es esa la actitud despolitizada de la agenciad de publicidad de Neymar, comprada por millares de personas a quienes el racismo dice muy poco, porque no los hiere directamente, que genera “conceptos” y seguridades así, dichas por su socio y vice-presidente de creación: “descubrimos que la mejor forma de combatir el racismo sería ridiculizar los racistas”. O sea: ese bando de negros incompetentes, hace siglos intentar crear aquí y allí una manera de combatir el racismo, aun no se habían dado cuenta de la modernísima técnica de ridiculización de la cual son víctimas casi diariamente. O aun: “Es una manera brasileña de tratar el asunto. Hay algún problema? Entonces dámelo que me lo comeré (…) es una cosa bonita”. Es lindo, de hecho, ver otro blanco diciendo quién es brasileño y quién no, porque muchos movimientos negros, en los cuales actúan brasileños, quieren no engullir el racismo. Pero ese, según Ketzer, es nuestro destino: “como cuando somos niños y sufrimos un apellido. Si te incomodas mucho con él, seguro queda, por eso nuestra idea era la de no rehuir la pelea, encarar la polémica y engullir el problema”.

De verdad, me quedo preguntándome si ya había sido combinado antes que el próximo jugador víctima de una banana iría comerla -efectivamente, ello se comprobó algunos días después, N. del T.-, porque me parece todo orquestado. Puede ser paranoia mía, claro, pero ese discurso de engullir parecía estar ya listo… y haya garganta y estómago. Que no son los de Ketzer, claro. Porque, para esa campaña, él solo presta el cerebro, para resolvérnoslos a nosotros todo y de una vez: “La mejor manera de acabar con el prejuicio es quitar la palabra. De ahí vino la idea de crear un ícono para expresar eso, que es la persona comiendo banana.”

Eso es, gente, simple y directo. Lean nuevamente: la mejor manera de acabar con el prejuicio es quitar la palabra. De ahí la idea de crear un ícono para expresarlo: la persona comiendo banana. No se puede siquiera reírse de ese concepto porque el caso es grave. Millares, quizás millones de personas compraron la idea de que están haciendo algo relevante y decisivo para la causa antirracista exhibiendo sus fotos comiendo banana. Habrá Ketzer preguntado a sus funcionario negros (sí, ellos siempre son llamados para validar una actitud del patrón blanco, en una versión corporativa del “tengo amigos negros”) qué les parecía la idea?

Ideas… recientemente participé de una reunión con la presidenta Dilma. Fuimos convocados prácticamente de un día para el otro, mediante la SEPPIR (Secretaria para la Promoción de la Igualdad Racial, que tiene status de Ministerio desde el 2002, N. del T.) sin saber muy bien el motivo. Lo que nos fue pasado es que la presidenta estaba convocando una reunión con activistas de los movimientos negros. Solo eso. Sobre qué ocurrió allá, dejo los textos de Douglas Belchior y de Ana Paula Magalhães Pinto..

Entonces también pensé en escribir algo, pero confeso que otros escritos e incluso una esperanza de que las cosas tomaran otros rumbos adiaron mi idea. Porque, en el fondo, realmente quería yo creer que el Mundial podría ser una oportunidad para hacer un trabajo interesante contra el racismo. Hubo la promesa de nuevas reuniones y de que participaríamos activamente en la elaboración de la campaña que se estaba gestando. Si tales reuniones ocurrieron, no lo sé. Y tampoco creo que iría, porque salí de la reunión sintiéndome mal, pensando en las barbaridades que han sido hechas para que el Mundial ocurra. Pero esta campaña de Neymar, apoyada por Dilma, me hizo decidir de vez que, si hay “Mundial contra el racismo”, soy oposición. Del Mundial y de la campaña. Quiero dejar claro que sigo dando todo mi apoyo a la SEPPIR, que viene realizando un excelente trabajo dentro de las condiciones más desfavorables, pero creo que es un absurdo que sea tratada como mera coadyuvante en esta jugada mercadológica de la presidencia y del Ministerio de Deportes. ¿Va haber campaña contra el racismo en el Mundial? Que la articulación sea de la Secretaria para la Promoción de la Igualdad Racial, y no del Ministerio de Deportes.

La idea que oímos en aquella reunión, de la presidenta Dilma, es la de que el slogan adoptado será “Mundial contra el Racismo y por la Paz”. Me pregunto qué racismo y qué paz, porque tal y como va la articulación de uno y otro, están quedándose en las manos de jugadores, directivos y figuras mediáticas oportunistas y alienadas que nunca se interesaron seriamente por el asunto. Y de la Policía Militar, de las Fuerzas Armadas y mercenarios extranjeros. Me atengo aquí a hablar solo de racismo, asunto por el cual me siento mejor informada. A esa altura del campeonato, algunos de los personajes que tenemos en campo son:

- El Ministerio de deportes, encabezado por Aldo Rebelo. Según la presidenta fue suya la idea de combatir el racismo y proclamar la paz, mediante videos con personalidades brasileñas y extranjeras que serían exhibidos en los estadios, antes de los partidos. Sería de él también la idea de poner jugadores en campo, cargando flámulas contra el racismo y por la paz. O sea, nada nuevo en el front, ni nada que salga del padrón ‘para turista’. Y mira que, en 2013, él y la ministra de la SEPPIR, Luiza Bairros, se habían reunido para discutir proyectos para el Mundial:

“destacamos la demanda de la creación de oportunidades para emprendedores negros y negras y también de la creación de observatorios de discriminación, una idea que surgió en Bahia y que pretendemos esparcir por todas las ciudades-sedes del Mundial 2014”, resumió Luiza Bairros y añadió: “Paralelamente a eso, en el caso específico del Mundial, el observatorio también puede prever la realización de fiestas populares, de modo que podamos, en todos esos lugares, aprovechar la inclusión efectiva de artistas y grupos culturales populares”.

Me parece que las sugerencias de la Ministra no fueron oídas. Incluso, me parece que Rebelo se olvidó completamente de esa reunión, porque dijo a la presidenta Dilma que la idea de hacer algo contra el racismo durante el Mundial había sido suya. Interés que suena, como mínimo, contradictorio con su trayectoria en relación a los intereses de la población negra. O en completo acuerdo con su actitud de no oírnos cuando buena parte de los movimientos negros estaba combatiendo la presencia de racismo en Caçadas de Pedrinho, libro infanto-juvenil distribuido por el gobierno,  estuvo en contra.

Denunciábamos el racismo que denominaba como macaca de carbón a la personaje Tia Nastácia. Mírenlo bien: macaca. Término al cual solo ahora él pasó a ver un problema. Rebelo es gran defensor de Monteiro Lobato (escritor infanto-juvenil cuya obra es considerada como patrimonio nacional incluso por importantes sectores ‘progresistas’, N. del T.), racista que lamentaba, entre otras cosas, el que no hayamos tenido en Brasil una Ku Kux Klan: “país de mestizos dónde el blanco no tiene la fuerza para organizar una Kux-Klan es país perdido para altos destinos (…) un día se hará justicia a KKK, tendríamos entonces una defensa así, que mantiene al negro en su lugar y así estaríamos libres de la peste de los medios cariocas- mulatito haciendo el juego del gallego y siempre demoledor, porque el mestizaje del negro destruye (sic) la capacidad constructiva”.

Es Lobato que Rebelo homenajea al proponer el Día del Saci, que Rebelo quería como mascota del Mundial.

O sea, estamos bien con este propósito de acciones contra el racismo, ¿no?

El padre de Neymar, quién encomendó la campaña, debe haber aprobado al ministro también. Entiendo y me solidarizo con el dolor de un padre que ve su hijo ser objeto de racismo. Principalmente cuando este hijo no se ve como negro, como Neymar. Pero los ataques racistas contra él ya ocurrieron hace algún tiempo. ¿Solo ahora se tornó algo importante? Parece que sí, como si fuera oportunismo o una suerte de ganas de revanchismo frente a la crítica que Neymar recibió por participar en el  video-clip de los macacos de Alexandre Pires.

La presidenta Dilma, de quién nos gustaría ver mucho más empeño en causas importantes para la población negra, como las descritas en el mencionado texto de Douglas Belchior, apoya esa campaña de la Loducca y aun escribir un Twitter que peligrosamente resbala en la retomada de la idea de la “democracia racial”: “mostraremos que nuestra fuerza, en el fútbol y en la vida, viene de nuestra diversidad étnica, de la que nos sentimos orgullosos #‎CopaSemRacismo”.

No, el mundial no será sin racismo. A menos que nos sorprendamos todos con las recién descubiertas propiedades antirracistas de la banana. Nuestro bueno y viejo racismo seguirá durante y tras el Mundial, quizás solo no se manifiesta durante los partidos. Nos encantaría ser oídos y respetados más allá de las exigencias de la FIFA. ¡Racismo es crimen! Es muy sintomático la impunidad de ese crimen, peligrosa e inaceptable -resaltémoslo: inaceptable- que una jefa de la nación apoye una campaña que, en lugar de pedir punición para un crimen del cual muchos brasileños son objetos todos los días, incentive el consumo de bananas. ¿La dignísima presidenta tiene noción de lo que hizo? Racismo en Brasil es crimen, presidenta. No-afianzable. Imprescriptible. ¡Crimen! Años y años de lucha de los movimientos negros para que el racismo sea considerado crimen, país que con tantas dificultades duda en admitirse racista, todo se va por las bordas cuando una presidenta cree que está bien ‘punir’ criminosos -resaltemos: criminosos- con la “respuesta osada y fuerte” (palabras suyas en Twitter) de comer banana. Que ella desmonte los sistemas judiciales y penales e instale haciendas de bananas por todo el país, pues. De preferencia unos negros realizando el trabajo de plantar, cosechar, recoger y comer. Fiscalizados, claro, por el Ministerio de Agricultura, como en la época de la esclavitud.

Habrá aun tiempo para intentar esa estrategia durante el Mundial? Y exportar la tecnología innovadora para todos los países participantes que también luchan contra el racismo? Veamos Luciano Huck, gran oportunidad de inversión! Porque él viene corriendo por la lateral del césped:

- Luciano Huck (popular presentador de televisión, N. del T.), quién parece haber sido importante en la propagación de esa campaña, con sus millones de seguidores en Twitter. Intentando ganar dinero con el dolor ajeno, puesto que su familia rubia nunca fue objeto de racismo, estampó velozmente la banana de Andy Warhol (¿o quizás la camisa ya estaba lista, así como la campaña, esperando la oportunidad?) y se apropió del mote publicitario, vistiendo dos modelos blancos para reírse de nuestra causa y vender camisas a 30 dólares, en una sección que se llama “Camisas del bien”.

Me da escalofríos por todo el cuerpo cuando escucho el término “del bien” asociado a cualquier cosas relacionada al racismo, puesto que, si ustedes no lo saben “ciudadano del bien” era el nombre del principal periódico publicado por la Ku Klux Klan. Ellos que, bajo sus capuces, se creían ciudadanos del bien. Huck, probablemente, así como buena parte de los que adhirieron a esa campaña que incentiva la impunidad de un crimen, debe así considerarse. En la lucha contra el racismo, armadas con una banana justiciera.

De la misma manera cómo cualquier cosa dicha tras “no soy racista, pero…” es racista, esa campaña lo es, intentan empujárnosla diciendo que no. Esa campaña es vacía, burra, rasa, oportunista, irrespetuosa, criminal. Refuerza estereotipos y barra el diálogo, de ahí su éxito, ya que nadie quiere de hecho envolverse mucho con el asunto. ¿Te sientes ofendido porque adheriste y te pareció lo máximo? Anda a pelearte con Loducca, con el padre de Neymar, con Neymar, con Huck, con la presidenta Dilma, con las personas que nunca llevaron en serio el intento de diálogo con los movimientos negros que están, hace décadas, intentando establecer. Si hubiéramos logrado este diálogo, una de las cosas que podríamos percibir es la dificultad de vaciar la simbología impregnada en un ícono racista. La banana es un ícono racista, usado por racistas para insultar como monos a los negros. no es un publicitario que, de un momento a otro, va a declarar que ella no es ya un ícono racista. Ese pensamiento mágico ya fue intentado durante muchas décadas con la democracia racial. Sabemos que no funciona, y bananas tiradas al césped, gente imitando macacos aun están ahí para probarlo. Haciendo una comparación muy baja y algo falla, lo sé, pero necesaria para poner las cosas en perspectivas, pensemos si Huck tendría valor de vender camisas estampadas con la suástica, porque un publicitario y un jugador de fútbol dicen que, de un momento a otro, comprar biscochos en forma de suástica y fotografiarse comiéndolos es la mejor manera de resignificar ese símbolo y transformarlo en su contrario, borrando su historia y acabando contra el racismo anti-judío. Me gustaría verlo.

Lo que ocurrió en campo con Dani Alves (a quién presto toda mi solidaridad) podría haber provocado una discusión productiva, no hubiese sido vaciada por esa campaña infeliz y hubiera sido seguida, principalmente por su parte, de un discurso algo más consciente y consistente. Es palpable la falta de preparo de la mayoría de nuestros atletas para lidiar con el racismo cuando nos enteramos, por ejemplo, de la actitud (esta sí) de los jugadores de baloncesto de Los Angeles Clippers, quienes protestaron contra las declaraciones racistas del dueño del equipo, reuniéndose en el centro de la cancha, antes de un partido, retirando sus uniformes y usando las camisas al revés ocultando el logo del equipo.

En realidad, nos da vergüenza compararlos y en EEUU racismo siquiera es crimen. Más vergüenza cuando sabemos de la actitud de Obama que fue a público condenar una actitud increíblemente ofensiva y racista: “Tenemos que, constantemente, estar atentos a las manifestaciones racistas que nos dividen más de lo que resaltan nuestra diversidad como fuerza. Los EEUU siguen luchando contra el legado de la esclavitud y de la segregación, que aun está ahí, los vestigios de la discriminación (…) Creo que tenemos que ser claros y firmes en denunciarlas”.

Mientras, tenemos una presidenta que se presta al rol de aplaudir internautas que bailan sobre nuestros dolores, involucionan nuestras luchas y comen banana. Porque ella cree que resaltar nuestro origen común primate hará con que racistas, que siquiera asumen serlo, dejen de ser racistas. A vísperas de un Mundial en el cual quiere mostrar al mundo que somos modelo de combate al racismo.

Si nosotros no queremos pasar aún más vergüenza, ni digo como nación, pero como seres pensantes y actuantes en causas que nos son caras (racismo y paz, además de otras), esta es más que la hora de tomar la dirección de esa campaña. Con fuerza. Porque no nos podemos fiar de quienes están en el comando, fingiendo que piensan el problema, que se preocupan o lo resuelven, mientras solo lo empujar bajo la alfombra. Que tal pensar una campaña paralela, realista, denunciatoria y que eleve el nivel de esa discusión?


Traducción: Danilo Assis Clímaco