Danilo Assis Clímaco
Las
manifestaciones en Brasil nos sorprendieron a todas y todos, pero, pese a ineludibles lagunas y equivocaciones, ya es
factible esbozar un cuadro de lo que viene ocurriendo. Es lo que
intenté en las líneas que siguen, haciendo numerosas referencias a páginas webs
de organizaciones y a textos analíticos, de modo a contribuir que el o la lectora siga indagando. Al final, links
relevantes de organizaciones y medios.
Primeramente
enumeraré los grupos políticos que efectiva o potencialmente ocupan un espacio
importante en el escenario. Luego, expondré muy brevemente el momento político
previo a la eclosión de los acontecimientos, seguido por una cronología de
estos y de las perspectivas que ahora se abren.
Los grupos de actores
1.
Quienes inician las protestas: los movimientos urbanos, provenientes sobre todo
de clases populares y medias urbanas, sobre todo el Movimiento por el Pase Libre (MPL) y
los Comités Populares depersonas afectadas por el Mundial.
2.
La cúpula del PT, que dirige el gobierno nacional en asociación con un
heterogéneo grupo conformado por partidos de izquierda y, principalmente, de
derecha. Gravitan alrededor de esta cúpula muchos grupos del PT que podrían ser
catalogados como de izquierda, pero que han perdido en larga media su
autonomía.
3.
La derecha ultraliberal y colonial (una parte de ella fuera del gobierno, otra
adentro), interesada en profundizar la finacerización del capitalismo en el
país, afianzar lazos (de dependencia) con el capitalismo internacional y
maximizar sus lucros (ver Igor Grabois). El Gobierno del PT, pese a mantener el carácter capitalista
de la economía y la sociedad, sustenta políticas de relativa, pero
significativa, distribución de renta, lo que hiere los intereses de esta
derecha. La figura de Lula –un ‘nordestino’, término geográfico-racial
discriminatorio– es repulsiva para esta élite, que tolera algo más la de Dilma.
Sus cabezas más visibles están en el Supremo Tribunal Federal y en los grandes
medios (Globo, Folha de Sao Paulo, Veja y Estado de Sao Paulo, entre otros).
4.
Los pequeños grupos de izquierda urbanos: organizaciones negras, de barrios,
culturales, sindicatos, los partidos de izquierda en la oposición (PSOL, PSTU,
parte del PT), que desde el principio apoyaron las manifestaciones por el no
aumento de las tarifas del transporte. Quizás aquí estaría también las organizaciones
feministas y LGBT, quienes están sufriendo feroces ataques por parte de
políticos evangélicos (en gran parte, aliados de Dilma) y están movilizadas
hace meses.
5.
La gran masa de gente indignada, perteneciente a los diferentes sectores de las
clases medias que ha salido a las calles desde el lunes 17 de junio,
participando por primera vez en protestas.
6.
Los sectores más pobres del país, sean urbanos o campesinos, en su gran mayoría
no blanca: negros, indígenas o quilombolas y sus organizaciones. Constituyen la
mayor parte del electorado del PT y hasta ahora han participado poco en las manifestaciones.
La previa del
conflicto, un mínimo resumen
Desde
el inicio del gobierno de Lula, la gran prensa ha noticiado profusamente todos
los casos de corrupción asociados al PT, a la vez que ha minimizado los casos
de los partidos opositores derechistas (PSDB, del ex presidente Cardoso y su
aliado, el DEM). Pese a que estos dos partidos son, respectivamente, el tercer
y el primer más condenados por corrupción (siendo el PT el noveno), el plan
mediático ha alcanzado a hacer una fuerte correlación entre la corrupción y el
PT. De esta forma, los grandes empresarios del país tienen un discurso moral
que legitima su accionar político frente a las clases medias, muchas de ellas
ya predispuestas a un conservadurismo elitista frente a las poblaciones pobres,
no-blancas y de fuera de los 'ricos' estados de Sur y Sudeste.
Lula
decidió defenderse del parcialismo de los medios ignorándolos y apostando por
su simpatía y sus logros políticos, sobre todo la mayor y más sostenida
disminución de la pobreza en la historia del país -pese a que ello se haya
hecho sobre todo desde arriba, sin una participación de la población-. Con
ello, si bien es verdad que Lula y luego Dilma lograron mantener su índices de
aprobación siempre por encima de los 70%, algo inédito en el país, también han
visto su gobierno fragilizado, expuesto a presiones de aliados y opositores conservadores.
Pero
en los últimos años algunos factores empezaron a desgastar el gobierno: la
desaceleración de la economía supuso pérdida de poder adquisitivo; el menor
carisma de Dilma y su mayor dificultad para escuchar los movimientos sociales
permitieron que la derecha (la aliada y la oposicionista) condicionara en mayor
medida al gobierno (ver Mauro Iasi). Son ejemplos chocantes de esto último el que en este año Blairo
Maggi, el más grande sojero del mundo, alcanzara a ser presidente de la comisión
de medio ambiente en el Senado, mientras Marco Feliciano, un pastor homófobo y
racista, se hiciera con la presidencia de la comisión de derechos humanos en la
cámara de los diputados y que la haya mantenido pese airados protestas de los
movimientos feministas, negro y LGBT. Ambos son aliados de Dilma (ver la nota del CIMI).
En
el campo, las protestas indígenas han ido en aumento. En las ciudades, el número de huelgas se supera
años tras año, mientras los afectados por los grandes eventos (el Mundial de
Fútbol, las Olimpiadas, la visita del Papa) han incrementado y articulado
nacionalmente sus protestas.
Dentro
de este calderón, las protestas por una causa aparentemente menor, el
transporte, unidos a la indignación causada por la inexcusable represión
policial, desembocaron en manifestaciones multitudinarias, que superaron a las
que expulsaron a Fernando Collor de la presidencia del país en 1992.
En
relación a la gota que colmó el vaso, y como ha sido ventilado en muchos
lugares (v.g. Marielena Chauí), el transporte de Brasil no solo es el más caro de América Latina,
sino también extremamente ineficaz, obligando millones de personas a desechar decenas
de horas semanales en traslados. Desde el regreso a la democracia en 1989, hubo
organizaciones en contra de nuestro sistema de transporte, pero solo en el Foro
Social Mundial de Porto Alegre de 2005 se conformó una articulación nacional, el
Movimento Passe Livre (MPL), que tiene entre otras propuestas la de la gratuidad
del transporte y su desprivatización. En algunas ciudades menores había
conseguido victorias importantes, pero no en las capitales. El MPL es además un
espacio amplio de discusión política que aborda y se articula a diferentes
luchas (ver la tesis de Marcela Gomes sobre el MPL de Florianópolis,
o el interesante caso de la expulsión de Curitiba de. MPL nacional por defenderla violencia machista).
Una cronología:
transporte, indignación, cooptación, re-popularización
a)
el transporte
En
mayo de este año, tras seis manifestaciones y choques con la policía, el MPL de
Goiânia, capital del estado de Goiás, logró suspender el aumento de la tarifa del transporte, lo que supuso un incentivo al MPL
de Sao Paulo, cuyas manifestaciones se iniciaban.
De
la primera gran manifestación convocada por el MPL de Sao Paulo participaron cerca
de 1000 personas el siete de junio. El 11 hubo una segunda, en la que se
quemaron dos ómnibus. El día 12, los manifestantes fueron reprimidos y respondieron
atacando a 80 ómnibus e hiriendo a ocho integrantes de la policía. Esta, lastimada
en su orgullo y amparada por la gran prensa conservadora -que condenó
enérgicamente a los manifestantes- reprimió de forma muy violenta la
manifestación del jueves 13, que contenía ya 5.000 manifestantes, decenas de
los cuales fueron encarcelados, muchos otros heridos, así como algunos
periodistas.
b)
la indignación
Las
encuestas identificaron que los manifestantes tenían respaldo popular. En el
domingo16, en Brasília, día de la inauguración de la Copa de las
Confederaciones, frente al estadio en que jugarían Brasil y Japón, la Articulação Nacional dos Comitês Populares da
Copa (Ancop) realizó una manifestación con cerca de 1000 personas, que fueron
violentamente reprimidas. Dentro del estadio, Dilma es abucheada por un público
compuesto por las clases más pudientes que podían pagar 150 dólares por la
entrada.
La
manifestación del lunes 17 en Sao Paulo es, entonces, multitudinaria: alcanza
200 mil personas. En diferentes ciudades de todo el país, las personas empiezan
a autoconvocarse, utilizando sobre todo el Facebook. Hay manifestaciones con
decenas de miles de personas en muchas capitales entre lunes 17 y miércoles 19 y
también son masivas en ciudades medianas y chicas. En todo caso, y aunque nadie
ha podido afirmar cual es la posición social de las y los manifestantes, todo
parece indicar que se tratan de clases urbanas, sobre todo medias y jóvenes,
con la presencia al menos en algunos momentos de gente rica. Igualmente, se
percibe que la gran mayoría de las gentes más pobres no están manifestándose.
La indignación es el motivo general, pero aquello que la motiva en última
instancia, nadie sabe muy bien.
c)
la cooptación
Pero
la derecha es mucho más marxista que la izquierda en esto de que a la realidad
más que comprenderla hay que transformarla. En las protestas del lunes, algunos
manifestantes de izquierda -sea del PT o de partidos oposicionista como el PSTU
o el PSOL- y otras personas que solo usaban una ropa roja fueron hostilizadas,
tuvieron que recoger sus banderas o llegaron a verlas quemadas. Tras las
manifestaciones del martes, testimonios semejantes se habían multiplicado.
Quedó
claro también el viraje de la gran prensa conservadora: los mismos periodistas
que hasta el fin de semana decían vándalos a los manifestantes, ahora hablaban
del despertar democrático de los jóvenes. Numerosos perfiles del Facebook,
sobre todo Anonymous Brasil (con 1 millón 100 mil seguidores) y AnonimousBR (300
mil seguindores), pasan a producir en massa spam decontenidos genéricos -contra la corrupción o contra los partidos, a favor
de la salud o la educación- que son adoptados y redistribuidas por muchos
usuarios de esta red social. Los propios medios de comunicación pasan a
atreverse a dar las pautas a quienes antes criticaban. En las manifestaciones
aparecían personas con decenas de afiches fabricados en masa que distribuían
entre las personas (ver Elaine Tavares sobre la manifestación de Florianópolis y de Marília Moschkovich sobre la de Rio de Janeiro, quizás el
texto más famoso entre las redes sociales, ya traducido al castellano y al
inglés). Se hace patente, además, la presencia de personas de clase media y
alta que nunca antes habían salido a la calle.
En
las manifestaciones del jueves (cuando más de un millón de personas van a la
calles de todo el país), algunas personas de izquierda habían declarado que
todo el movimiento estaba irremediablemente entregado a la derecha y
consideraba tonto útil a cualquiera que volviera a la calle (v.g. Cynara Menezes). Los partidos políticos seguían hostilizados. El MPL de Sao Paulo anunció
al día siguiente que no volvería a convocar manifestaciones, se mostraron
preocupados con la presencia de la derecha en estas y anunciaron que harían una
análisis sobre lo ocurrido.
d)
re-popularización
Sin
embargo, una gran parte de las gentes que acudían a las manifestaciones no
advirtió que el carácter conservador de la manifestación fuera generalizado (ver
el relato de Sway Roger sobre Brasília), o bien consideró que era absolutamente
necesario disputar el sentido de las movilizaciones la calle. En algunas
ciudades, como Florianópolis, las manifestaciones parecieron haber entrado
dentro de los parámetros buscados por la derecha y no fueron reprimidas. En Rio
o Belo Horizonte, en cambio, organizaciones sociales de izquierda, aun sin
controlar las marchas, lograron mantener cierta independencia y fueron
reprimidas también violentamente. En la favela de Maré, en circunstancias aun
nebulosas ocurrió el asesinato de 13 personas por parte del Batallón de
Operaciones Espacialistas, BOPE, mundialmente enaltecido en la película Tropa de Élite.
En
respuesta al terreno ganado por la derecha, desde el viernes 21 (cuando
nuevamente más de un millón están en las calles) empiezan a convocarse
asambleas espontáneas y diversas, que van de reuniones pequeñas con
organizaciones locales, como esta en Belo Horizonte a la de las grandes centrales sindicales y partidos políticos. En algunos casos, como en Goiânia, estas
reuniones se frustraron porque algunos grupos del PT querían centrar las
futuras acciones en la defensa del gobierno de Dilma, lo que partidos
izquierdas de oposición (e incluso algunas áreas del PT) no pueden aceptar. En
otros casos, sin embargo, la defensa del gobierno de Dilma convive con otros
debates, como entre los movimientos negros de la periferia de Sao Paulo. Estas formas asamblearias
de discusión se extendieron bajo diferentes formas hasta hoy día y conforman la
gran esperanza de un cambio real.
Después del viernes 21, las manifestaciones han disminuido en cantidad de gente, pero siguen bajo diversas formas. Marchas de 100, 200, 2000 personas, por veces 5000 han ocurrido por diversos motivos: demandas de un sector de trabajadores, contra el aumento en el transporte público en ciudades donde aún no se logró, contra la ofensiva de los diputados evangélicos hacia la población LGBT o contra los medios de comunicación. Algunas son ridículas (pero no por eso ineficaces) como la de un joven que convocó una huelga nacional (recibiendo numerosas aceptaciones en Facebook, pero ninguna en las calles) o la de los médicos que están en contra de la contratación de médicos cubanos para pequeñas y distantes ciudades a las cuales los médicos nacionales no quieren ir. Pero las más importantes fueron las convocadas por los Afectados por el Mundial en los días de juego de la Copa de las Confederaciones en Belo Horizonte, Fortaleza y Rio. En todos los casos hubo fuerte represión policial que causó la muerte de una persona en BH[1].
Las perspectivas
Hay
una tregua parcial, siendo que los grandes grupos inicialmente mencionados (el
gobierno; la derecha; y los sectores de la izquierda urbana, incluida en ellos
las organizaciones que iniciaron las protestas y una parte pequeña de las
poblaciones más pobres) parecen medir sus propias fuerzas y ensayar acciones
para tantear al nuevo terreno en búsqueda de estrategias a mediano y largo
plazo.
a)
el gobierno y su mediación
El
viernes 21, Dilma discursó a la nación y dijo saber escuchar la voz de la
calle. Durante el fin de semana, anunció que conversaría con los líderes de las
protestas, de organizaciones sociales, del Supremo Tribunal Federal (STF) y
también con los partidos políticos. El
lunes 24 la presidenta hace cinco grandes propuestas, entre ellas la de una
constituyente parcial, exclusiva para el ámbito político. La derecha: los
partidos (los de fuera y los de dentro de gobierno), el STF, los medios,
rechazó unánimente la constituyente. La izquierda la ha aceptado en parte, pero
advierte que si ella no logra impedir que las campañas sean financiadas por los
grandes empresarios, nada cambiará (v.g. Plataforma dos Movimentos Sociais pela Reforma do Sistema Político).
Los
movimientos sociales convocados por Dilma para conversar, han tenido opiniones
divergentes. El MPL percibió desconocimiento en la presidenta sobre la
situación del transporte en Brasil. El movimiento de los Sin Techos, como la
Força Sindical, consideraron que no pudieron tocar temas que consideran fundamentales en la reunión. La Central Única de los
Trabajadores y otras organizaciones se consideraron satisfechas de sus
encuentros con Dilma.
No
se sabe, tampoco, si el gobierno se encuentra cómodo con la re-popularización
de las marchas. Hay quienes afirman que sí, siendo que Lula, cuyo carisma
popular sigue intacto, afirmó en una conversa con movimientos sociales en
Brasil y en una entrevista en África esperar que la gente siga en las calles. Sin
embargo, otras personas sustentan que el gobierno teme que un aumento en las
protestas izquierdistas podrá debilitarlo.
b)
la derecha
Algunos
análisis, provenientes de grupos que no consideran otra opción izquierdista que
la del gobierno liderado por el PT, han buscado mostrar que toda manifestación
popular independiente será necesariamente cooptada por la derecha (v.g. Paulo Henrique Amorim). Ello es notoriamente exagerado y poco esconde el interés
de subsumir las organizaciones.
Pero
ello no implica negar que la derecha -dentro y fuera del gobierno- tenga
estrategias ya articuladas para enfrentar una serie de situaciones posibles.
Este es el caso presente: las manifestaciones atentaban contra el interés de
empresarios transportistas y se trató en un primer momento de defenderlos en
oposición a las protestas. Una vez estas alcanzaron apoyo de clases populares y
medias y se hicieron multitudinarias, oponerse a ellas supondría un gran
desgaste, por lo que se cambió de estrategia, accionando la de direccionar la
indignación contra el PT librando los demás partidos y los empresarios tanto
como fuera posible.
Ello, en sí, no sería nada nuevo, no fuera las dimensiones multitudinarias y el papel preponderante de internet en ello. Se hacen urgentes investigaciones extensas, pero dada la facilidad con que determinados perfiles de Facebook fueron utilizados para encaminar con eficiencia la indignación de las gentes hacia un territorio neutro o anti-gobierno fue notable. Llama la atención que Anonymous (en contracorriente al carácter anti-capitalista que siguen sus homónimos de otros países) haya seguido de un modo tan estricto las estrategias de los grandes medios. Todo indica que hay trabajo de especialistas alrededor del fenómeno, muchos de ellos probablemente extranjeros con experiencias de injerencias en otras manifestaciones de calle (ver Luiz Carlos Azenha).
Ello, en sí, no sería nada nuevo, no fuera las dimensiones multitudinarias y el papel preponderante de internet en ello. Se hacen urgentes investigaciones extensas, pero dada la facilidad con que determinados perfiles de Facebook fueron utilizados para encaminar con eficiencia la indignación de las gentes hacia un territorio neutro o anti-gobierno fue notable. Llama la atención que Anonymous (en contracorriente al carácter anti-capitalista que siguen sus homónimos de otros países) haya seguido de un modo tan estricto las estrategias de los grandes medios. Todo indica que hay trabajo de especialistas alrededor del fenómeno, muchos de ellos probablemente extranjeros con experiencias de injerencias en otras manifestaciones de calle (ver Luiz Carlos Azenha).
Todo ello se ve más nebuloso por la designación el 19 de junio de la nueva
embajadora de Estados Unidos: Liliana Ayalde, quién había ocupada el mismo
cargo en Paraguay cuando el Golpe a Fernando Lugo: ¿una experta en
desestabilización? Aun cuando seamos críticos severos del gobierno liderado por
el PT, no podemos obviar que los interés promovidos por este gobierno chocan en
muchos sentidos con los de Estados Unidos, país que no escatimará esfuerzos por
defender la expansión de su capital, en oposición a la soberanía brasileña. Su
interés más factible será el de seguir debilitando el gobierno de Dilma y
encontrar un candidato capaz de derrotarla en las elecciones de octubre del
2014. Es lo que muchos analistas en Brasil denominan golpe mediático.
Pero
manifestaciones multitudinarias son muy difíciles de ser controladas por las
élites, sean nacionales o extranjeras. Fue notorio el hecho de que muchos manifestante
eligieron a los grandes medios (Globo y Veja, en especial) como blanco de su
indignación. En manifestaciones tan diferentes como las de brasileños en
Londres o la de quienes lloraban sus 13 muertos en Maré (y en muchas otras),
los reporteros de la Red Globo fueron impedidos por los manifestantes de
filmar. Por ello, si los grandes medios hasta el viernes 21 estaban noticiando
e incentivando las manifestaciones, desde entonces pasaron a hablar de ellas
como si de un brillante pasado se tratara, tratando de hacer reverberar algunas
de sus demandas anti-populares y anti-PT por el máximo de tiempo posible. Ello no
implica, obviamente, un inmovilismo de la derecha y de su prensa, sino su paso
a la defensa más estable.
c) las izquierdas
Las izquierdas oposicionistas o críticas al gobierno liderado por el PT, y
algunos sectores del PT y de grupos populares aliados a la presidencia, consideran
insuficientes o conciliatorias las propuestas de Dilma y buscan posicionar una
agenda popular. Ello viene tomando múltiples formas y diferentes acciones,
cuyas consecuencias siguen siendo frecuentemente impredecibles incluso para
quienes las realizan, como es el caso de quinientos integrantes de la Assembléia Popular de BH,
que acudieron a la cámara de regidores para presenciar una votación y, ante la
negativa de los regidores en conversar, terminaron por tomar el local, en el
que se mantienen hoy por sexto día consecutivo. La Asamblea, que aglutina
centenas de personas pertenecientes o no a colectivos previos, había sido
creada el 18 de junio. Otras cámaras municipales están tomadas a lo largo del
país, incluida la de Vitória, capital del estado de Espírito Santo. En
Florianópolis el MPL ha tomado hoy (4 de julio) instalaciones de la empresa de
transporte.
En algunos lugares, las asambleas son locales: barriales, universitarias,
por ejemplo. En otros ocurren alrededor de temas, como el precio de la
electricidad (en Tocantins). En Sao Paulo ocurrió hoy una manifestación
convocada por numerosos colectivos (entre ellos, centrales sindicales
opositoras al gobierno nacional, el MPL, los Sin Techo e incluso un colectivo
de skatistas) demandándose transporte gratuito, jornada laboral de 40 horas,
fin de la especulación inmobiliaria y de despejos por los grandes eventos,
salud, educación y el fin de la policía militar. En Rio, ha habido marchas con
más de 10 mil personas en memoria de los asesinados en Maré.
El monopolio de los medios de comunicación viene siendo cuestionado en
diferentes momentos. Como dicho, muchos espontáneos y algunas organizaciones
por la democratización de los medios expusieron en las manifestaciones su
repudio a los grandes medios, la Rede Globo fue impedida en numerosos momentos
de filmar las manifestaciones. En el día de ayer, en tres
capitales, hubo manifestación en las sedes de Globo, en Rio con más de mil
personas. Para el día 11, se
repetirán las manifestaciones, ya en cinco ciudades. Surgió, además, redes de comunicación independientes por internet, Mídia Ninja la más
notable, que alrededor de un pequeño equipo y con la información recibida desde
numerosas localidades, viene alcanzando difundir -con videos, notas periodísticas
y fotos- muchos de los eventos más importantes, incluso en vivo.
La movilización más amplia es la convocada por todas las centrales
sindicales, las próximas u opositoras al gobierno (CSP-Conlutas, CUT, UGT,
Força Sindical, CGTB, CTB, CSB e NCST) y el MST, además y
direccionada a todos los movimientos sociales y populares aliados. En su pauta
se encuentran las demandas laborales y la reforma agraria, pero también la democratización
de los medios, la suspensión de las concesiones petroleras a empresas y
demandas en salud y educación. La jornada deberá ser precedida por asambleas
previas de los sindicatos, sus centrales regionales, en diálogo con otras
organizaciones sociales.
Palabras finales
El panorama está muy abierto, dependerá de las capacidades de los
diferentes grupos políticos. Hay, sin duda, motivos para la esperanza que nos
empujan a bien actuar. La unión del MST a las protestas y lo que significa la unión
de lo rural y lo urbano es una excelente noticia en un país dónde estas esferas
están todavía más escindidas que en otros países de América Latina. Las desconfianzas
entre las diferentes centrales sindicales, sobre todo entre las que se
encuentran próximas al gobierno de Dilma y las que no, es uno de los
obstáculos, como también lo es las diferencias organizativas entre los
sindicatos y los movimientos sociales.
Especialmente importante, acredito, es la diseminación de la percepción de
que las gentes podemos intervenir en el rumbo del país. Esto es algo que se ha
sentido, que se ha expresado de modo muy claro en las calles y que viene
llevando a mucha gente a atreverse a reivindicar sus demandas de un modo más
organizado: las asambleas espontáneas, sea alrededor de temas concretos o sobre
lo coyuntural, la creación de nuevos colectivos, la mayor curiosidad de las
persons por buscar saber qué se pasa o la reactivación de movimientos que están
algo o mucho aletargados, incluidos los sindicatos y el MST, todo ello es notable. Esperemos,
y hagamos, un esfuerzo continuado por descubrir nuestras fuerzas y alcanzar nuestras mejores
aspiraciones.
Links relevantes:
Del Movimente
Passe Livre:
Florianópolis: http://mplfloripa.wordpress.com/
São Paulo: http://saopaulo.mpl.org.br/
Sites de noticias y
opinión izquierdistas:
Brasil de Fato: http://www.brasildefato.com.br/
Viomundo: http://www.viomundo.com.br/
Conversa Afiada (muy próximo a la cúpula del
PT): http://www.conversaafiada.com.br/
Organizaciones sociales:
Assembléia
Popular de Belo Horizonte: https://www.facebook.com/AssembleiaPopularBH
[1] Hay que recordar que han sido aprobadas leyes
de excepción, hirientes de derechos humanos, para los eventos que serán
organizados por la FIFA en el país, entre las cuales la prohibición de
manifestaciones en un rayo de cinco quilómetros alrededor de los estadios dónde
se realizan partidos.
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