Ana Pau y Ricardo Montaner

Pau Flores era un niño afeminado y por ello, como tantos otros, era siempre hostigado en la escuela. Pero su alegría que nos contagiaba a todos ya existía desde entonces. Le era innata, pues. La hostilidad y la violencia de los otros chicos no podían con su espontánea expresividad, que se manifestaba, como no, también a través de la música. Un día se le acercó el matoncito de la clase, y le hizo una amenaza y un pedido. Le daría la más grande paliza de su vida si le contaba a alguien su pedido. A él le encantaban las canciones de Montaner que Pau cantaba y quería que le enseñara. Así, que el marica y el matoncito de la clase se pasaron varias tardes después de la escuela escondidos en los maizales cantando las canciones del artista venezolano.

 

Eso nos contó Pau -¡Ana Paula!- en un taller sobre masculinidad que ofrecimos él y yo en el Festival de la Cultura de Villa El Salvador en el 2005. Ojalá alguna amiga suya que haya podido escuchar esta historia la pueda ampliar o corregir, porque esta resumida versión que pude recordar no refleja la magia con que Pau contaba tan bonita historia. Como yo sabía de las dotes narrativas de Ana Pau (1), le insté a que la pusiera como escrito, pero no sé si me hizo caso. De todas formas, ahora nos tocará a sus amigas seguir contando estas y otras historias.

Es un consuelo tener constancia nuevamente del amor que despertaba Ana Paula, al ver a tanta gente emocionada en su velorio. Una persona íntegra, creativa, combativa, distribuidora de alegría, inspiradora. Duele mucho saber que aún le tocaba disfrutar muchos años de vida y que en las próximas batallas estaremos más solas(os) y más tristes… Y que ello es así porque hay gentes que tratan este mundo y quienes lo habitamos como si fuéramos su propiedad, retirándonos la capacidad de vivir en salud y cuidarnos.

Muchas gracias, Ana Pau. ¡Te queremos mucho y siempre te extrañaremos!

 Danilo                  

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(1) Pau escribió un texto bello, “Homoerotismo, pensando el placer sexual masculino desde las fronteras de lo ¿Prohibido?” para la revista XYX de Demus, en el 2004. Estaba disponible en Internet, pero lo retiraron. ¿Acaso alguien que lea esas líneas tendrá una copia?