jueves, 21 de mayo de 2015

De aquél instante en adelante

La guerra entre Itamar Assumpção y su tiempo         



Es imposible quedar incólume frente a De aquél instante en adelante, película de Rogério Velloso sobre el compositor y cantante Itamar Assumpção. Es muy posible que una persona que desconozca la obra de Itamar, y que vea en las dos horas de sesión por primera vez toda la trayectoria de este huracán, sienta mucha vergüenza por no haberlo conocido antes (como bien escribió Luiz Chagas, guitarrista de la banda Isca de Polícia [Carnada de Policía]). Imperará en ese caso, como mínimo, una sensación de haber ignorado el choque de un meteoro contra el planeta. ¿Cómo no percibí eso antes?

No es en vano que la película empieza en tono investigativo. Sus personajes escudriñan los más remotos archivos personales para que el público intente desvendar en qué consistió  el pasaje de ese artista por el s. XX, dueño de una obra intensa y original, al frente de su tiempo (aun), que desafió las estructuras de la industria fonográfica y del propio lenguaje de la música popular brasileña.

Suzana Salles, Alice Ruiz, Luiz Waak y Alizira Espíndola aparecen al inicio del documental buscando archivos sonoros, manuscritos, materiales de periódicos. La investigación será la principal herramienta de Velloso para conducir la película, del comienzo al fin, él mostrará archivos de audio, video, fotos, shows, entrevistas, reproduciendo de alguna manera la investigación de los personajes iniciales. Suzana Salles muestra su fichero y avisa: están más o menos organizados. Parece ser el orden de cómo  Velloso irá a exponer sus archivos. Para Itamar, “totalmente organizado” sería una prisión. Lo “más o menos organizado” abre el abanico para la sorpresa, lo inesperado y es lo que ocurre.

Pese a que la película tenga una narrativa lineal, no se rinde a lo convencional. El director opta por una narrativa polifónica, así como los arreglos y composiciones de Itamar. Voces sobrepuestas, sonidos de escenas futuras o anteriores invadiendo el comienzo y el fin de las escenas y un increíble diálogo de las canciones de Itamar con los temas sugeridos por los testimonios. Queda evidente en ese caso la observación de Luiz Tatit, que dice pertenecer Itamar a una estirpe de artistas que no distingue su vida obra de la vida real. Ello hace que las canciones entren en la película como una línea que costura entre las escenas.

Otra característica fuerte de la película es la exposición biográfica del artista hecha desde fragmentos que no necesariamente se sujetan a un hecho o una fecha. Aquí los datos biográficos aparecen de forma paralela. Por ejemplo, cuando se narra la represión policiaca que Itamar sufrió en vida. El compositor cuenta sobre el episodio de la grabadora que él portaba y que la policía sospechó ser robada (lo que llevó a que pasara cinco días en la cárcel). Arrigo Barnabé complementa la historia, pero avisa que ese no fue el único episodio de discriminación sufrida por Itamar. Enseguida, Paulo Lepetit cita otro caso pasado durante la gira de shows del proyecto Pixinguinha. Zena, viuda de Itamar, resalta que el nombre de la banda Carnada de Policía no surgió de la nada, sino que su marido era víctima constante de batidas policiacas. Alice Ruiz reflexiona sobre la disparidad del talento de Itamar y las situaciones discriminatorias frente a las cuales se deparaba. Itamar reaparece diciéndose contra la postura agresiva de los policiales. Todos los hechos aparecen paralelos, costurados, sin exactitudes, casi abstractos, pero refieren de forma eficaz el tema central de la escena, el racismo.

Durante la película, notamos que el montaje ágil usa más de un elemento de fragmentación, el collage de una misma narración. En varios momentos, el habla de un único personaje es fragmentado, recortado y reelaborado por Velloso, formando una sola idea. El periodismo televisivo ya usó y abusó de esa técnica al servicio de la distorsión y de la mala fe. Pero aquí el director trabaja como un compositor, un arreglista, pega momentos diferentes de un mismo discurso al servicio de su investigación, lo que otorga un movimiento victorioso al ritmo del documental.

De aquél instante en adelante es separado en bloques. El primero es sobre el impacto de la obra de Itamar, todo es arrebatador: el talento del compositor y sus músicos, la estética, el lenguaje, los elementos escénicos. Todo es belleza, novedad y espanto. Son notorias las imágenes de performances de la banda Carnada de Policía.

 

En el segundo bloque, nos deparamos con la dificultad de Itamar con el mercado musical de la época y vice-versa. Salimos de la reflexión artística de su obra hacia un tema que tanto atormentó su protagonista: el mercado. Es asustador asistir a la guerra entre Itamar y su tiempo. Desde ese momento, el espectador sale del estado de deleite del primer movimiento de la película y se encuentra en un territorio árido.

Pero nos deparamos, también a partir de ese drama, con un Itamar humanizado, que cuida de su quintal en el barrio de la Penha (zona Leste de Sao Paulo), que cultiva sus orquídeas. Esa humanización se expande hacia los entrevistados, que preparan cafés, hablan al teléfono, recuerdan, sonríen, como si la cámara ya no estuviera allí. La escena cotidiana acaba por relajar los testimonios y Velloso se transforma en un director mosca, que sobrevuela a esos personajes y cosecha lo más importante que pueden revelar: el viaje, la aventura con Itamar. Suzana Salles dice al final: cuando recordamos un viaje, no nos acordamos de las maletas, del aeropuerto, pero sí de las cosas buenas. Los testimonios de Alice Ruiz, Marta Amoroso y Tonho Penhasco también sobresalen, suenan como epílogos en cada escena.

Itamar blasfemó contra el mercado y contra el mundo todas las veces que fue necesario, mostrando “con cuántos no se hace un sí”, pero respondió con una obra enamorada y creativa. Eso queda evidente durante los últimos minutos del documental, sobre todo en el episodio en que habla de su enfermedad. Dice: “mi enfermedad no tiene que entrar a cuento, no interesa”. Itamar pasó por encima de cualquier obstáculo haciendo arte. En otra escena, él canta, a capela, su composición con Paulo Leminski, “Dor elegante”, en el auge de su enfermedad, en pleno dolor, la letra dice “opio, edenes, analgésicos / no me Toquen ese dolor/ él es todo lo que me sobra/ sufrir será, mí última obra”.

La soledad de Itamar queda explícita en el video, casi insoportable para quién asiste. El público ya no mira a Itamar como una visón externa, sufrimos en carne propia sus dramas, pensamos principalmente en la condición de la cultura en Brasil. El problema es más hondo, unos lloran, otros se rebelan, e Itamar, para la sorpresa de todos, sigue derramando bellezas, tal cual una gran carcajada de desesperación, ofende e hiere con tanta belleza.

Itamar Assumpção trabó solo una guerra contra todo lo que consideró injusto para un artista brasileño. Frente a las puertas que se le cerraban consecutivamente, Itamar respondió con mucha producción, realizó casi todos los proyectos que quiso e hizo en vida nueve álbumes y otros tres póstumos. Esa respuesta fue una ofrenda, un sacrificio, una misión que solo será comprendida dentro de por lo menos 50 años, sí, porque el Brasil aún no se muestra preparado para digerir su obra. En su último show, debilitado, Itamar canta una canción de Djavan al lado de la banda Orquídeas do Brasil y repite el último refrán: “mi vida por entero te doy”. No por casualidad, es la última frase de Itamar sobre un palco.


Kiko Dinucci entre Juçara Marçal y Suzana Salles,
en concierto en homensaje a Itamar
* Genial multiartista brasileño, Kiko Dinucci es uno de los más importantes nombres del heterogéneo nuevo mundo musical del país, pudiendo bajarse los CDs de sus diferentes proyectos (en los que se encuentran otros brillantes músicos, como Romulo Fróes, Thiago França y su gran parceira Juçara Marçal) en su página web: http://www.kikodinucci.com.br/. En ella también encontrarán enlaces a su primer documental Dança das Cabaças - Exu no Brasil, a sus grabados y a su blog de crítica cinematográfica, del cual hemos traducido este texto y otro sobre la película El blanco Afuera, El Negro Adentro.

El largo trabajo de investigación musical de Kiko se ha detenido con mucha atención en la obra de Itamar. Aun siendo temerario sintetizar, podríamos decir que Kiko considera que Itamar Assumpção, junto a un pequeño número de músicos (entre ellos, Tom Zé, Arrigo Barnabé, Luiz Tatit o Grupo Rumo), se atrevieron a retrabajar elementos africanos que habían perdido espacio en la música brasileña tras la bossa nova, dando lugar a una reestructuración musical. Para una más justa apreciación de las inquietudes musicales de Kiko, ver su entrevista a Sávio Vilela.

traducción: Danilo Assis Clímaco

Metá Metá (Kiko Dinucci, Juçara Marçal & Thiago França) toca "Ir para Berlim", de Itamar
 "...Sou corajoso de sobra, só brigo quando preciso..."



Ficha técnica de la película

DAQUELE INSTANTE EM DIANTE
Brasil
2011
110 min.
direção ROGERIO VELLOSO
com ITAMAR ASSUMPÇÃO, ARRIGO BARNABÉ< PAULO BARNABÉ, LUIZ CHAGAS, PAULO LEPETIT, ALICE RUIZ, SUZANA SALLES, MARTA AMOROSO, LUIZ WAACK, TONHO PENHASCO, ALZIRA ESPINDOLA, TATA FERNANDES, ANELIS ASSUMPÇÃO, SERENA ASSUMPÇÃO, entre outros.
produçao executiva CAROL DANTAS
roteiro de ediçao GEORGE QUEIROZ
montage GEORGE QUEIROZ / ROGÉRIO VELLOSO / PAULO MENDEL
pesquisa de conteudo MAURICIO PEREIRA
pesquisa de imagens SOLANGE SANTOS
direçao de produçao CRISTIANNY ALMEIDA
assistente de direçao e decupagem MARIANA FAGUNDES
fotografia HELCIO “ALEMAO” NAGAMINE
camera HELCIO “ALEMÃO” NAGAMINE / ROGERIO VELLOSO / MARIANA FAGUNDES / DIEGO GARCIA
edição de som e mixagem SERGIO FOUAD
logger e primeiro assistente de camera DIEGO GARCIA
segundo assistente de camera RIVERTE “BABU” CRUZ
operador de audio MÁRCIO TEIXEIRA
assistente de produção e arquivos MONICA MEDICI
motorista ÉLCIO CACHIATORE
sonorização ESTÚDIO SAX SO FUNNY
mixagem 5.1 SERGIO FOUAD / CLEMENT ZULAR / ESTÚDIO ÁUDIO PORTÁTIL
assistentes de mixagem FLAVIO PEREIRA / BRUNO CAMARA
videodesign RICARDO FERNANDES
letreiros RICARDO FERNANDES / RICARDINHO FILOMENO / GUILHERME PULICE / WAGNER VIANA
Stop Motion e videoarte ROGERIO VELLOSO
Encerramento: obra livremente derivada de “O Homem Polvo”
Ilustrações originais de ITAMAR ASSUMPÇÃO
coordenaçao de finalizaçao DIULLE SORRENTINO / MARCELO BARROS / ISABEL MATTOS
assistente de montagem e finalização FEZAO BARBIERI
cobertura on line & imagens de arquivo FRANCISCO MOSQUERA
assistentes de finalização ELTON BRONZELI / RAFAEL ELAMES / KAUÊ BREGOLA / BRUNO RAZUK
suporte técnico PIXEL TECHNOLOGY / LUIZ CAMPEDELLI / RENATO SOUZA
pos produçao DOT
direcao geral de pós-produção JOSÉ FRANCISCO NETO, ABC / FERNANDO FRAIA
coordenaçâo de pós-produção GIBA YAMASHIRO / GLEICE LICA
atendimento de pos- producao MAGALI WISTEFELT
color grading MARCO OLIVEIRA / JUNIOR XIS
coloristas assistentes ALEXANDRE CRISTOFARO / RAFAEL YAMIN
edição on line HENRIQUE REGANATTI / TADEU PARRILO FREDE
estagiária MARTA TELES / GUSTAVO VEIGA
telecinagem super 8 mm ESTUDIOS MEGA – Rio de Janeiro
produção MOVIEART
coordenação de produção CLAUDIA REGINA DE MORAES
gerência administrative ELIANA IZIPETO
gerência financeira MÁRIO ARINO
secretária de produção TATIANA BARBOSA
coordenação de tráfego MARIA APARECIDA DE SOUZA
contabilidade JOSÉ PEREIRA DE SOUZA
coordenação de studio VANDERLEY SENA SILVA
contra-regra ANA BARBOSA
transporte VALDIR SEVERINO / RONALDO DE FREITAS / JOAO INACIO DE AQUINO

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